La Biblia es un texto sagrado que reviste una inmensa importancia tanto en la tradición cristiana católica como en la evangélica. Aunque ambas confesiones veneran la Biblia como Palabra de Dios, existen diferencias en cuanto al contenido y la estructura de sus respectivos libros sagrados. Este artículo pretende explorar las disparidades entre la Biblia católica y la Biblia evangélica, arrojando luz sobre sus características e interpretaciones únicas.
La Biblia católica
La Biblia católica consta de dos secciones principales: el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Contiene un total de 73 libros, que incluyen textos adicionales que no se encuentran en las Biblias protestantes o evangélicas. Estos libros adicionales, denominados libros deuterocanónicos, son Tobit, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc y los dos libros de los Macabeos.
El Antiguo Testamento de la Biblia católica se basa en gran medida en la Septuaginta, una traducción griega de las Escrituras hebreas que se utilizó ampliamente en la Iglesia cristiana primitiva. En cambio, la Biblia protestante sigue el Texto Masorético hebreo como base del canon del Antiguo Testamento.
Otra característica clave de la Biblia católica es la inclusión de los apócrifos, que consisten en varios textos adicionales situados entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Las denominaciones protestantes, incluidos los cristianos evangélicos, no consideran estos libros de inspiración divina, por lo que no forman parte de su canon bíblico.
Biblia Evangélica
La Biblia Evangélica, también conocida como Biblia Protestante, consta de 66 libros divididos en dos secciones principales: el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Excluye los libros deuterocanónicos de la Biblia católica, por considerarlos no canónicos y no inspirados divinamente.
A diferencia de la Biblia católica, que se basa en la Septuaginta, la Biblia evangélica opta por el Texto Masorético hebreo como base del Antiguo Testamento. Aunque existen algunas variaciones entre las distintas denominaciones protestantes, el contenido básico del Antiguo Testamento sigue siendo coherente en todas las Biblias evangélicas.
La Biblia evangélica, al igual que la católica, considera el Nuevo Testamento como una colección de libros universalmente aceptada que narra la vida, enseñanzas, muerte y resurrección de Jesucristo. Los libros incluidos en el Nuevo Testamento son los mismos tanto en la Biblia católica como en la evangélica.
Diferencias en la interpretación
Además de las diferencias en cuanto al contenido, también existen variaciones en la interpretación de ciertos pasajes bíblicos entre las tradiciones católica y evangélica.
La Iglesia católica subraya la importancia de la tradición sagrada junto a las Escrituras como fuentes de autoridad. Creen en la interpretación de la Biblia dentro del contexto de las enseñanzas de la Iglesia y la guía del Papa. En consecuencia, las interpretaciones católicas pueden incorporar doctrinas y enseñanzas teológicas que no se enfatizan en las interpretaciones evangélicas.
Por otra parte, los cristianos evangélicos enfatizan la autoridad de la sola Escritura (sola scriptura) para cuestiones de fe y práctica. Por lo general, dan prioridad a la interpretación personal y a la aplicación directa de las enseñanzas de la Biblia en sus vidas, sin el requisito de la autoridad eclesiástica formal.
Conclusión
Aunque las Biblias católica y evangélica comparten un terreno común en su reverencia por el texto bíblico, existen diferencias significativas en cuanto al contenido y la interpretación. La Biblia católica incluye libros adicionales y hace mayor hincapié en la tradición sagrada y la autoridad de la Iglesia. Mientras tanto, la Biblia evangélica excluye estos libros adicionales, da prioridad a la autoridad de la sola Escritura y hace hincapié en la interpretación personal. Estas disparidades reflejan las distintas perspectivas teológicas y el desarrollo histórico de las dos tradiciones cristianas.
La Biblia católica incluye libros adicionales, da prioridad a la autoridad de las Escrituras y a la autoridad de la Iglesia.