El Antiguo y el Nuevo Testamento son dos secciones principales de la Biblia, cada una de las cuales contiene importantes textos y enseñanzas religiosas. Sin embargo, hay un lapso de tiempo significativo entre estas dos secciones. En este artículo, exploraremos la cronología de los acontecimientos y el número de años que separan el Antiguo y el Nuevo Testamento.
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El Antiguo Testamento
El Antiguo Testamento, también conocido como la Biblia hebrea, consta de escritos religiosos de los antiguos israelitas y de las tradiciones judías. Comprende varios libros, entre ellos relatos históricos, poesía, profecías y códigos legales, que datan aproximadamente del 1500 a.C. al 400 a.C.
A lo largo del Antiguo Testamento ocurren acontecimientos importantes que conforman las creencias y prácticas de los antiguos israelitas. Estos acontecimientos incluyen la creación del mundo, el Éxodo de Egipto, el establecimiento de las Doce Tribus de Israel, los reinados de varios reyes y el exilio de Babilonia.
El Periodo Intertestamentario
Entre el Antiguo y el Nuevo Testamento hay un periodo conocido como el Periodo Intertestamentario, también llamado el periodo del Segundo Templo. Esta época abarca el tiempo comprendido entre el 400 a.C. y el 4 a.C. aproximadamente. Se trata de un periodo crucial en la historia judía, que marca importantes cambios culturales, políticos y religiosos.
Durante esta época, los israelitas estuvieron bajo el dominio de varios imperios, como el persa, el griego y el romano. Estas potencias extranjeras influyeron profundamente en la vida y las tradiciones judías, lo que condujo a la helenización de la cultura judía.
Entre los acontecimientos más destacados del periodo intertestamentario se encuentran la reconstrucción del Segundo Templo de Jerusalén, la revuelta macabea contra la opresión griega y el ascenso de la dinastía asmonea.
El Nuevo Testamento
El Nuevo Testamento se centra en la vida, las enseñanzas, la muerte y la resurrección de Jesucristo. Consta de cuatro Evangelios, que son relatos de la vida de Jesús, así como de varias Epístolas, los Hechos de los Apóstoles y el Libro del Apocalipsis. El Nuevo Testamento se escribió en el siglo I d.C.
Los Evangelios, en concreto Mateo, Marcos, Lucas y Juan, ofrecen relatos detallados del nacimiento, ministerio, enseñanzas, milagros, crucifixión y resurrección de Jesús. Las Epístolas son cartas escritas por los primeros líderes cristianos, como Pablo, Pedro y Juan, en las que abordan diversos aspectos teológicos y prácticos de la fe.
El Nuevo Testamento concluye con el Libro del Apocalipsis, que contiene visiones apocalípticas y profecías sobre el fin de los tiempos.
La brecha temporal
El número exacto de años entre el Antiguo y el Nuevo Testamento puede ser objeto de cierto debate debido a la complejidad de los antiguos sistemas de calendario y datación histórica. Sin embargo, el consenso general entre los eruditos es que existe una brecha temporal de aproximadamente 400 años.
Los últimos escritos del Antiguo Testamento se compusieron probablemente a finales del siglo V a.C., y los primeros escritos conocidos del Nuevo Testamento datan del siglo I d.C.. Por lo tanto, teniendo en cuenta el periodo Intertestamentario, se estima que la brecha abarca unos cuatro siglos.
En Conclusión
En resumen, las secciones del Antiguo y el Nuevo Testamento de la Biblia están separadas por una brecha temporal de aproximadamente 400 años. El Antiguo Testamento abarca los escritos religiosos de los antiguos israelitas, mientras que el Nuevo Testamento se centra en la vida y enseñanzas de Jesucristo. El periodo Intertestamentario, también conocido como el periodo del Segundo Templo, marca la transición histórica y cultural entre las dos secciones. Comprender este lapso de tiempo es crucial para entender el desarrollo de las creencias religiosas y el contexto de los acontecimientos bíblicos.
La época intertestamentaria, también conocida como el periodo del Segundo Templo, marca la transición histórica y cultural entre las dos secciones.