Cuando profundizamos en los relatos bíblicos, uno de los momentos más significativos de la vida de Jesús fue la Última Cena. Fue durante esta comida sagrada cuando Jesús compartió importantes enseñanzas y mensajes con sus amados discípulos. En este artículo, exploraremos las declaraciones clave que Jesús hizo durante la Última Cena y sus profundos significados.
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1. «Tomad, comed; esto es lo que yo os digo. «Tomad, comed; esto es mi cuerpo.»
Durante la Última Cena, Jesús tomó pan, lo bendijo y se lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomad, comed; esto es mi cuerpo.» Esta declaración simbolizaba el sacrificio inminente que iba a realizar. Jesús pretendía que sus discípulos le recordaran mediante el acto de partir el pan, constituyendo la base del sacramento de la Santa Cena en el cristianismo.
2. «Esta copa es la nueva alianza en mi sangre»
Jesús también entregó a sus discípulos una copa de vino, declarando: «Esta copa es la nueva alianza en mi sangre». Al referirse a la copa como un nuevo pacto, Jesús subrayó el establecimiento de una nueva relación entre Dios y la humanidad mediante su inminente sacrificio en la cruz. Este acto demostró el amor desinteresado de Jesús y el perdón de los pecados mediante su sangre derramada.
3. «Amaos los unos a los otros como yo os he amado»
Durante la Última Cena, Jesús destacó la importancia del amor y la unidad entre sus discípulos. Les instó a que se amaran los unos a los otros como él les había amado. Este mandamiento puso de relieve la importancia de la abnegación, la compasión y el perdón para construir una comunidad cristiana fuerte.
4. «Yo soy el camino, la verdad y la vida»
Jesús también transmitió su identidad divina durante la Última Cena, declarando: «Yo soy el camino, la verdad y la vida». Esta afirmación puso de manifiesto su papel exclusivo como camino hacia Dios, encarnación de la verdad y fuente de vida eterna. Al proclamar esto, aseguró a sus discípulos que sólo a través de una relación personal con él podrían encontrar la salvación y la plenitud última.
5. «Si me amáis, me amaréis». «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos»
Jesús subrayó la conexión fundamental entre el amor y la obediencia a sus mandamientos. Desafió a sus discípulos a que le demostraran su amor con sus actos. Siguiendo sus enseñanzas y viviendo de acuerdo con sus mandamientos, demostrarían su devoción por él y experimentarían una profunda transformación en sus vidas.
6. «No os dejaré huérfanos; voy a vosotros»
Para consolar y tranquilizar a sus discípulos, Jesús proclamó: «No os dejaré huérfanos; voy a vosotros». Quiso transmitirles que, aunque les dejaría físicamente, seguiría presente con ellos a través del Espíritu Santo, que les guiaría y daría poder en su ausencia. Esta promesa infundió esperanza y consuelo en los corazones de sus discípulos.
7. «La paz os dejo; mi paz os doy»
Ante su inminente crucifixión, Jesús dejó a sus discípulos el don de la paz. Declaró: «La paz os dejo; mi paz os doy». No se trataba de una paz meramente mundana, sino de una paz sobrenatural que trascendía las circunstancias. Al impartir su paz, Jesús aseguró a sus discípulos que, independientemente de los retos a los que se enfrentaran, podrían experimentar tranquilidad interior a través de su fe en él.
Conclusión
En la Última Cena, Jesús compartió con sus discípulos profundas palabras de sabiduría, amor y tranquilidad. Sus declaraciones transmitieron la profundidad de su sacrificio, la importancia del amor y la obediencia, su identidad divina y la paz eterna que ofrecía. Estas enseñanzas siguen impactando e inspirando a las personas hoy en día, recordándonos el poder transformador de la fe y el mensaje perdurable del amor de Jesús.