Cuando se trata de la presencia de apóstoles junto a María, existe cierta confusión y diversas interpretaciones entre los creyentes. En este artículo, exploraremos los distintos puntos de vista sobre qué apóstol estuvo presente con María, la madre de Jesús, durante acontecimientos significativos. Profundizando en los relatos históricos y las narraciones bíblicas, pretendemos arrojar luz sobre este intrigante tema.
Los discípulos y su relación con María
A lo largo del Nuevo Testamento, se menciona varias veces a María, sobre todo en relación con su papel como madre de Jesús. Es importante señalar que el término «apóstoles» suele referirse a los doce discípulos elegidos de Jesús. Por tanto, al hablar de la presencia de un apóstol junto a María, nos centraremos en los que se mencionan específicamente en los textos bíblicos.
1. El Apóstol Juan y la Crucifixión. El apóstol Juan y la crucifixión
Una creencia muy extendida es que el apóstol Juan estuvo presente en la crucifixión de Jesús, junto a María. El Evangelio de Juan proporciona pruebas que apoyan esta noción. En Juan 19:26-27 se dice: «Al ver Jesús allí a su madre y al discípulo a quien amaba, que estaba cerca, le dijo a ella: «Mujer, aquí tienes a tu hijo», y al discípulo: «Aquí tienes a tu madre»». Muchos interpretan este pasaje para indicar que María fue confiada al cuidado de Juan, lo que sugiere su presencia en la crucifixión.
2. El apóstol Pedro y la resurrección
Otra perspectiva sugiere que fue el apóstol Pedro quien visitó la tumba de Jesús junto a María tras su resurrección. Este punto de vista se basa en Lucas 24:12, que afirma que Pedro corrió a la tumba al oír la noticia de María Magdalena. Los partidarios de esta teoría argumentan que la prominencia de Pedro entre los discípulos y su naturaleza impulsiva hacen plausible que fuera el apóstol mencionado en este contexto.
Consideraciones históricas y culturales
Para obtener una comprensión más amplia, es esencial considerar los factores históricos y culturales que pueden influir en estas interpretaciones.
El discípulo amado
La identificación del «discípulo a quien Jesús amaba» en el Evangelio de Juan ha suscitado debates entre los eruditos. Aunque muchos creen que este discípulo es el propio Juan, algunos eruditos proponen teorías alternativas. En la antigüedad, no era infrecuente que los autores se refirieran a sí mismos en tercera persona, empleando un seudónimo. En consecuencia, algunos sostienen que el «discípulo amado» podría haber sido otro seguidor de Jesús, lo que podría llevar a una conclusión diferente sobre el apóstol presente en la crucifixión.
Roles culturales de la época
Durante la época de Jesús, las normas culturales dictaban que un hijo era responsable de cuidar a su madre, especialmente en ausencia de un marido u otros parientes varones. Este contexto cultural añade peso a la creencia de que un apóstol, como Juan, habría asumido esta responsabilidad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los relatos históricos y las prácticas culturales de la época no siempre se registran de forma explícita, lo que deja lugar a la especulación.
Conclusión
Aunque la cuestión de qué apóstol estuvo con María sigue siendo algo ambigua, existen argumentos convincentes a favor de Juan y Pedro basados en pasajes bíblicos y en el contexto histórico. La presencia de Juan en la crucifixión y de Pedro en el sepulcro ponen de manifiesto sus importantes papeles en los acontecimientos que rodearon la crucifixión y resurrección de Jesús. En última instancia, los creyentes pueden interpretar estos relatos de forma diferente, pero lo que más importa es el profundo amor y devoción que mostraron estos apóstoles hacia María durante estos momentos cruciales de la historia cristiana.